Anna Fiori
La Casa Imperfecta

Miré hacia el espejo y me di cuenta que no era yo.
Mi ropa estaba llena de sangre y los dedos de mi mano izquierda quebrados en pedazos.
Su respiración se torcÃa en un silencio incómodo y lleno de polvo, alborotado por los muebles desordenados de la vieja habitación.
Le habÃa matado, le habÃa quitado lo único seguro que tenÃa.
Creà sentir algo de dolor, pero mi alma ya estaba vacÃa. Ni si quiera sentÃa culpa al verle directo a los ojos muertos y blancos.
Solo yacÃa ahÃ... semidesnudo y desanimado cuerpo perfecto sobre mi casa imperfecta que apenas cobraba vida.
Miré de nuevo al espejo y me di cuenta que no era yo.
Volvà a la escena del crimen.
Estaba yo misma tendida en el suelo, con esos ojos sin dirección y sin objetivos.
HabÃa escuchado voces y sabÃa que no eran voces en mi cabeza.
Después de quitarme la vida, me convertà en algo más que amuebla esta casa imperfecta, para reescribir una historia junto a los otros.
Es hora de enterrar mi cuerpo, y dejar lista la casa. Quizás preparar la cena o quitar las telarañas del techo.
Te estaré esperando hoy y hasta el dÃa en que vengas a visitarme.