
La vida es un va y viene de ciclos que parecen infinitos, pero no lo son. Las líneas nunca se vuelven a tocar en el mismo punto inicial.
Siempre reconoces cuando te sientes en casa y te alarmas cuando te ves en el espejo, porque lo que encuentras ahí, estará ahí casi para siempre. En algún momento dejarás de mirarte y mirarás las sombras y las luces, las telas más finas que envuelven los colores de tu alma.
Algún día regresarás al inicio, pero no será el mismo, las líneas no se tocan de la misma manera. A veces no se tocan nunca, pero ahí están...están juntas separadas por un muro de sábanas y unas cuantas gotas de vino tinto...
A veces, en el espejo, mirarás esas sombras y la oscuridad de otros, pero bien a mal y entre tantas muchas cosas, mirarás tus sombras como si fueran ajenas, vivirás el dolor de otros como si fuera propio, y cada vez más dentro del reflejo, más cerca del infinito, te hundirás en los brazos del hogar al que perteneces, sin miedo, sin sonido.
18 de agosto de 2019 | Monterrey, México
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